"Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo."

"Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo."
—Gandhi

domingo, 15 de diciembre de 2013

Por la justicia

La justicia es uno de los pilares de nuestra sociedad y nuestro país, puesto que en ella residen los derechos y obligaciones de cada uno de los ciudadanos que lo habitan. Nuestra justicia, concretamente, como ya dije en una entrada anterior ("Contra la dejadez"), es víctima de la dejadez general que absorbe al país; yo suelo recurrir a la expresión de que es "de niños pequeños", porque veo constantemente penas que parecen estar siendo aplicadas a niños de parvulario: Como te has portado mal te pongo de cara a la pared pero te acabo levantando el castigo. Este ejemplo es el más representativo hoy en día, bajo el régimen de un código civil enfocado a la reinserción social antes que al castigo.

El objetivo de la reinserción es dar una segunda oportunidad a aquellos que quiebran la ley, sea cual sea su infracción, y esta orientación, en mi opinión, es incorrecta por un motivo: no todos los crímenes son iguales; no es lo mismo robar un banco que matar a alguien, ¿cierto? Entonces, ¿por qué la condena se mide igual? Un ladrón puede llegar a estar el mismo tiempo en la cárcel que un asesino, enfoque que me parece del todo, válgame la redundancia del tema, injusto. Estamos hablando de los derechos de la persona, y así como la viga principal de la justicia es tratar a todos como iguales, quiero poner la frontera en el reparto de justicia que le toca a cada uno. Un craso error del Sistema Judicial y gubernamental español ha sido la hoy famosa Doctrina Parot, que debido a la retroactividad de su aplicación ha conseguido la puesta en libertad de un gran número de criminales tales que violadores y terroristas; es decir, el error está lógicamente en la retroactividad de ésta, pues es un principio fundamental del derecho que ninguna ley podrá aplicarse con este carácter. Pero además, el error reside sobre todo en la falta de acción en el momento preciso, ya que ahora estamos sufriendo las consecuencias.

De todo esto se sigue que hay que cambiar el código civil. ¿Cómo? Valorando qué crímenes y qué criminales merecen la reinserción, y cuáles merecen únicamente castigo; yo personalmente divido las infracciones en dos grandes grupos: leves y graves. Las primeras engloban infracciones tales como robos, tráfico de drogas, delitos para con Hacienda y derivados; las infracciones graves, por otro lado, hacen referencia a asesinos (sobre todo aquellos que han quitado más de una vida y/o cruelmente), violadores, terroristas y demás sujetos cuyas faltas atentan contra el primero de los Derechos Humanos. Establecida una vez la división, y teniendo en cuenta lo que implica cada crimen, estoy firmemente a favor de la cadena perpetua. Ésta va en contra del principio de reinserción del código civil, pero yo la considero no sólo el castigo justo y apropiado para violadores y asesinos en general, sino además una gran táctica de educación; para defender esto me apoyo en algo que leí una vez: "Enseñamos a nuestras niñas a no ser violadas en vez de enseñar a los niños a no violar". Si imponemos autoridad, lo lógico sería que la gente se lo pensara dos veces antes de atreverse a cometer un crimen; si no, que sufran las consecuencias.

Como todo en esta vida, y como ya he dicho, la justicia viene de la educación; tenemos que enseñar a no robar, enseñar a no matar, a no cometer crímenes y a ser buenos ciudadanos y buenas personas; igual que se castiga a un niño cuando desobedece a su madre, hay que castigar a aquellos que conscientemente deciden infringir las normas y transgredir los derechos humanos (haciendo especial hincapié en conscientemente, considero apropiada y necesaria la ampliación de la edad mínima para sufrir una condena; si eres lo suficientemente mayor como para matar a alguien, lo eres para sufrir las consecuencias) . La reinserción debe estar orientada a aquellos que han tomado algo que pueden devolver; esto es, a ladrones (de todo tipo), que deben devolver todo lo que han robado además de pagar una multa; a proxenetas y agresores, que deberían hacer trabajos sociales y aprender el valor de las personas; a aquellos que, en general, pueden devolver lo que han quitado, además de pagar su condena. Por el contrario, un asesino jamás podrá devolver la vida que tomó, y mucha peor es su culpa si además no se arrepiente de ello, o hasta se enorgullece de sus actos; esta gente no puede andar libre entre nosotros, porque han optado por jugar a ser Dios, a decidir quién merece vivir y quién no; la cadena de muerte no es la solución, puesto que "ojo por ojo todos nos quedaremos ciegos", pero por lo tanto es necesario imponer un castigo acorde con la ofensa.

Si no se aprende por las buenas, habrá que aprender por las malas, y la justicia significa dar a cada uno lo que le corresponde, ya sea en bien o en mal.

Diosa Justicia:
Ciega porque es imparcial.
Portadora de una espada porque es letal.

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