"Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo."

"Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo."
—Gandhi

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Por la reforma en el Sistema Educativo (2ª parte)

En mi entrada anterior traté la cuestión de los contenidos, pero ahora me gustaría centrarme en el aspecto estructural de la educación. Es aquí donde me quiero remitir al Sistema Educativo alemán, ya que mi proposición para nuestra reforma es imitar sus métodos; por lo que parece, no les va nada mal.

En Alemania, todos los niños sin excepción atienden el "Grundschule", es decir, nuestro equivalente a primaria, pero en el quinto y sexto año, es decir, a los 10 y 11 años, pasan por una fase de "orientación" o "examinación", durante la que se decide a qué nivel posterior se les enviará. Según las notas, aptitudes y actitud del alumno, hay tres posibles continuaciones:
-"Hauptschule": este ciclo está diseñado para niños "problemáticos", quizá por convivir en un entorno conflictivo o por otras razones; estos alumnos seguirán sus estudios hasta los 14/15 años (según el centro), y serán educados en materias primariamente manuales, es decir, aprenderán un oficio. Puede parecer que esto va en contra de "mis principios" de enseñar a pensar a los niños, pero en realidad es una resolución que apoyo firmemente: "Todo el mundo es un genio; pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol, te pasarás la vida creyendo que es estúpido". Los niños que cursan esta modalidad tendrán la opción de realizar un módulo de carácter práctico (un oficio).
-"Realschule": esta opción educativa es asignada a los estudiantes que tienen ciertas dificultades para aprender, o que ciertamente no muestran excesivo interés por ello (una circusntancia que también se puede dar, naturalmente, y en cuyo caso habría que tomas las medidas adecuadas, como ahora explicaré); los escolares de esta modalidad estudiarán hasta los 16 años (es decir, terminarían la ESO en España), y serán orientados hacia módulos de carácter más avanzado (es decir, Formación Profesional). Por ello, serán educados en una base de más cultura "teórica" pero también dispondrán de numerosas actividades/asignaturas prácticas y/o manuales.
-"Gymnasium": a pesar de su similitud, el gimnasio no está involucrado en la tercera y última modalidad de enseñanza alemana; en esta escuela, los estudios continúan hasta los 18 años, tras los que posteriormente se accede a la Universidad (si así se desea, claro).

Este viene a ser el único modelo que hay en España, y que obliga a todo el mundo a seguir la misma línea de aprendizaje, centrándose casi únicamente (en el caso español, que no en el alemán) en contenidos teóricos sin ninguna puesta en práctica. Lo que se sigue de ello es que los alumnos se vean obligados a estudiar y acaben rechazando el sistema, comportándose como esponjas y despreocupándose de aprender, puesto que la impresión que nos llega en múltiples ocasiones es que lo que estamos estudiando "no sirve para nada". El objetivo del sistema alemán es poner en práctica estos conocimientos, fomentando siempre los recursos personales del alumno y trabajando en grupo (una actividad que en España se toma un poco a pitorreo).

Algunos argumentan que éste sistema es discriminatorio, pues "etiquetan" a una edad demasiado temprana al que "vale" y al que "no vale"; sin embargo, en realidad es de una eficiencia... alemana, vaya, puesto que motiva tanto a padres como a hijos a estudiar y a preocuparse por la cultura, ya que está muy presente en sus materias de aprendizaje. Como resultado, se juzga a los peces por sus habilidades natatorias a los monos por su destreza sobre los árboles.

Con respecto a las polémicas Reválidas que propone implantar el señor Wert, mi postura es de apoyo incondicional, siempre y cuando se enfoque correctamente. Siguiendo de todo lo anterior, y esta vez equiparándolo a los cursos españoles, mi propuesta sería hacer una reválida en 6º de Primaria, en la que los alumnos deberían aprobar para pasar de curso, naturalmente, y teniendo en cuenta sus notas, asignados a una de las tres modalidades de estudio que he explicado anteriormente; es decir, en este caso, las notas  se tendrían en cuenta. Una segunda reválida tendría lugar al terminar la ESO, para determinar si los alumnos poseen los conocimientos adecuados para continuar con sus estudios; en ésta, sin embargo, la calificación sería de Apto o No Apto, sin tener en cuenta los resultados (dando por hecho que el 5 representaría un nivel verdaderamente digno, y no como ahora, que se considera una nota mediocre "regalada"). Posteriormente, en Bachillerato, tendría lugar la tercera y última reválida, en la que se examinaría a los estudiantes de las materias comunes y básicas, de nuevo calificándoles como Aptos o No Aptos; una vez que la reválida determine que el nivel del alumno es suficiente para pasar a la Universidad, cada carrera (que no Facultad, para evitar disparidad de opiniones) debería presentar su propio examen, con las materias necesarias para susodicho título. Por ejemplo, los aspirantes a Medicina deberían aprobar la reválida y luego ser puntuados en sus conocimientos acerca de Biología y Química (si los docentes así lo consideran oportuno). Esto restaría el nivel de estrés y competitividad que actualmente reside entre los estudiantes de Bachillerato, que además ven mermada sus notas por asignaturas "que no van a usar".

De todo esto se sigue que mi propuesta para un buen sistema educativo es el estudio de los estudiantes, valga la redundancia, distinguiendo aptitudes y orientando a los niños a futuros factibles y dignos, en vez de esperar que todos se conviertan en ingenieros. Es cuestión de optimizar las líneas difusas de nuestro método actual, y de proponer un cambio por la cultura.


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